Jose Antonio Rodriguez Vega.

El asesino de ancianas .

"Todos los hombres han sentido alguna vez deseos de violar a su madre"

Con tales palabras el tristemente cèlebre violador de Santander intentaba justificar sus acciones, darle sentido a su vida de agresiones sexuales y horribles asesinatos, la prensa sensacionalista por supuesto lo atendía, pero la justicia y los psiquiatras lo aborrecían y sun más lo llamaban el psicópata más peligroso de la historia criminal española.

Rodriguez Vega nació en 1958 en Santander y nunca salió de su ciudad natal, era muy tranquilo y quienes lo conocían lo calificaban como una buena persona, sin embargo cuando su madre lo echó de la casa por agredir a su padre enfermo, su carácter cambió de forma radical y la locura comenzó.

Apenas pasaba de los 20 y su primer arresto era toda una noticia; "Cayó el violador de la moto" era la de 8 en todos los diarios locales, Antonio era el responsable y las víctimas eran más de una docena, la condena 27 años, pero de alguna manera el ahora frío y calculador, cruel y carismático delincuente, convenció a las mujeres de que le otorgaran el perdón y así salir sólo 8 años después de su detención. 16 ancianas violadas y asesinadas entre abril de 1897 y abril de 1988 marcaban su regreso sangriento de las calles, la gente estaba temerosa y aunque se tenía huellas dactilares, muestras de sangre y semen e incluso un retrato hablado, no fué sino hasta que cometió el grave error de olvidar de una escena del crimen una credencial con su nombre, foto y dirección que pudo ser nuevamente arrestado en su propio hogar (donde tenía una habitación pintada de rojo en la que exponía su fetichista colección de ropa, joyas, porcelanas y demás pertenencias de sus víctimas) .

Sonriente y cínico, nunca dejó de alardear de su capacidad sexual y hasta declaró que simplemente se había dedicado a dar un poco de placer a quien lo necesitaba, los jueces no le creyeron, obviamente, y lo sentenciaron a 440 años de prisión.

Y aunque su libertad sería discutida en el 2008, su final llegó antes; al ser cosido a cuchilladas el 24 de Octubre de 2002 cuando 3 internos le dieron más de 100 piquetes en el cuerpo y al menos 2 docenas en el rostro.