Cayetano Santos Godino.
" Es un imbécil o un degenerado hereditario, perverso instintivo, extremadamente peligroso para quienes lo rodean"
Esta frase acompañaba todos los dictámenes médicos que se le hicieron al conocido como mayor asesino serial de la historia criminal argentina, el tristemente célebre Petiso orejudo.
Su historia es exactamente la descrita en todos los libros de conducta criminal, nada fuera de algún pérfil ya realizado: hijo de un padre alcohólico y golpeador y una madre a la que nunca le interesó en lo absoluto, su niñez transcurrió en las calles, entre baldíos y vagabundos que pronto le enseñarían que la escuela era un estorbo y que si no era lo suficientemente violento pronto acabaría muerto.
Su primer ataque a la edad de 7 años, cuando golpeó y arrojó a una zanja llena de espinas a un pequeñito de 4 años, y su primer intento de asesinato a los 8 años (tiró una piedra de 10 kilos sobre un bebé de 18 meses) sólo sería una muestra de lo que vendría con los años.
Justo a la edad de 10 años, en 1906, su más ferviente deseo se haría realidad, le quitaría por fin la vida a un ser humano, una niña de 3 años que tras un intento fallido de estrangulamiento acabaría enterrada viva.
Al mismo tiempo las golpizas en el hogar habían alcanzado su punto culminante, lo mismo que las quejas de los vecinos respecto a su hobbie (mataba sus aves y escondia los cuerpos b
ajo su cama), la única solución que sus amorosos progenitores fué entragarlo a la policía para "darle una lección y enderezar su vida". Dos meses después vagaba de nuevo por Buenos Aires y en su archivo ya tenía a un niño ahogado, un quemado en los párpados con un cigarro y múltiples denuncias por vandalísmo y robo, un nuevo encierro en la colonia para menores "Marcos Paz" (ahora por 3 años) definitivamente lo cambiarína haciendolo un criminal frío e insaciable. En esa época comenzaría a experimentar fuertes dolores de cabeza que según él se traducían en irrefrenables ganas de torturar, matar y hasta incendiar personas.

Su crueldad quedaría expuesta con su última víctima, un niño al ue torturó por horas antes de enterrarle un clavo de 4 pulgadas en la sien. Un testigo, sus huellas, restos de la cuerda con la que ahorcaba a sus víctimas y una colección de recortes sobre sus asesinatos fueron suficientes para mandarlo primero al Hospicio de las Mercedes (donde mato a 2 personas a los pocos minutos de su arribo) y después a la "Cárcel del fin del mundo" en Ushuania, donde sufriría contstantes golpizas y violaciones hasta el 15 de Noviembre de 1944 cuando murió sin mostrar remordimiento alguno por sus casi 50 asesinatos.
Comentarios
Muy interesante..